martes, 7 de junio de 2011

Gracias a ellos tengo esta sonrisa.

Por mis amigos yo doy cualquier cosa, les defiendo con uñas y dientes si hace falta. No soy la clase de amiga que te va a llamar cada dos minutos, ni te va a dar un abrazo cada vez que te ve. Pero soy de las que saben escuchar, de las que se tragan todos sus problemas, y les ayudo a superarlos, a pesar de que no son mios. A la hora de la verdad es cuando te das cuenta de quienes merecen la pena, y quienes son un simple pasatiempo. Me han utilizado muchas veces, y juré que no volvería a pasarme de nuevo, que no tropezaría por tercera vez con la misma piedra de siempre, esa piedra que se interpone en mi camino cuando más liso está. Gracias a ellos he superado todos los baches, piedras, y obstáculos, y gracias a ellos soy cada vez más fuerte. Por ellos tengo esta sonrisa, por sus tardes llenas de risas, por cada conversación, por cada baile, por cada grito, por los momentos que recordamos, y los que nos quedan por vivir. Son muchos motivos difíciles de explicar, pero son todos muy importantes. Muchos se consideran amigos, pero pocos se limitan a serlo de verdad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario