sábado, 23 de abril de 2011

La magia de un abrazo.

En ese mismo momento, en esos pequeños segundos que deseas que se vuelvan a repetir con todas tus ganas, cuando te abrazo, desaparece todo lo que tiengo alrededor: lo único que existe somos tu y yo. Sólo me queda pedirte perdón, perdón por no atreverme a acercarme a tí, aunque por dentro sea lo único que quiera hacer. En ese instante me doy cuenta de que eres el único al que debo abrazar el resto de mi vida. Siento tambien algo realmente asombroso,quiero reir, pero también llorar. Me inunda la felicidad por el simple echo de haberte encontrado, de forma inesperada, porque hace apenas medio año eras una persona cualquiera, sin más, pero de repente, te convertistes en una persona indispensable para mí, y te aseguro que lo sigues siendo. A la misma vez, me invade el temor de perderte, sí, de perderte sin tenerte. Se apodera el miedo de mí, y te agarro aún con más fuerzas, para que no te vayas, porque nunca se sabe cuándo te volveré a abrazar. Y a tí, ¿te pasa lo mismo?



No hay comentarios:

Publicar un comentario